Miles de visitantes llegan cada año a la última colonia española, llamada entonces Villa Cisneros, encantados por las condiciones climáticas del lugar, las cuales permiten que la práctica del kitesurf sea constante e inmejorable.

La llamada en los 60 Vila Cisneros, hoy Dakhla, forma parte de la región autónoma y del sur de Marruecos, un lugar que cada día crece en desarrollo económico y turístico debido al creciente interés de los europeos de practicar deportes náuticos en sus playas e invertir en el negocio de conservas de pescado o en la agricultura, donde la estrella es el tomate cherry.

Una publicación europea señala que “con más de un millar de plazas turísticas, sin contabilizar los alojamientos vacacionales, el entorno de la bahía que forma precisamente el río Oro es un verdadero diamante en bruto. Sus extensas playas casi vírgenes y el espacio del litoral que presume de albergar el mejor lugar del mundo para la práctica del kitesurf, le permite a Dakhla recibir cerca de 20 mil turistas fraceses cada año y unos 10 mil españoles”.

La ciudad también tiene lo suyo. El malecón, excelentes lugares para disfrutar la gastronomía y el pulpo, galardonado como el mejor del mundo. A orillas del mar con desierto en las espaldas, el turista puede comer el mejor plato de ostras de su vida.

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