EL REY MOHAMMED VI INAUGURA EL COMPLEJO AERONÁUTICO SAFRAN EN NOUACEUR: MARRUECOS SE AFIANZA COMO UN HUB MUNDIAL DE MOTORES DE AVIACIÓN

 

Bajo la presidencia efectiva de Su Majestad el Rey Mohammed VI, acompañado de Su Alteza Real el Príncipe Heredero Moulay El Hassan, Marruecos ha alcanzado un hito histórico en su ascenso industrial con el lanzamiento, este lunes en Nouaceur, del complejo industrial de motores de avión del grupo francés Safran. Este proyecto estructurante, de envergadura mundial, consolida la posición del Reino como plataforma estratégica en la cadena de valor de la aeronáutica internacional.

Ubicado en el seno de la zona industrial integrada Midparc, dedicada a los oficios de la aeronáutica y el espacio, el complejo se compone de dos unidades complementarias: una fábrica de ensamblaje y prueba de los motores LEAP-1A – propulsores de nueva generación que equipan, entre otros, a los Airbus A320neo – y una segunda dedicada al mantenimiento, reparación y revisión (MRO) de estos mismos motores. Con una capacidad anual de 350 motores ensamblados y 150 motores mantenidos, el sitio se convertirá en el segundo polo mundial de producción del LEAP-1A, después de las instalaciones de Safran en Francia.

Una inversión colosal, unos beneficios duraderos

Aupado por una inversión global de 3.400 millones de dírhams (aproximadamente 310 millones de euros), este complejo generará cerca de 900 empleos directos altamente cualificados de aquí a 2030. La unidad de ensamblaje, que moviliza por sí sola 2.100 millones de dírhams, creará 300 puestos de trabajo para 2029, mientras que la fábrica de mantenimiento, dotada con 1.300 millones de dírhams, ofrecerá 600 adicionales.

Como recordó el Ministro de Industria y Comercio, Ryad Mezzour, este proyecto se inscribe en una historia de éxito nacional: «La facturación por exportaciones del sector aeronáutico ha pasado de menos de mil millones de dírhams en 2004 a más de 26.000 millones de dírhams en 2024. Hoy, más de 150 actores operan en Marruecos, convirtiendo al Reino en un escaparate del saber hacer industrial africano».

Tres convenios para una visión integral

La ceremonia estuvo marcada por la firma de tres convenios. Un primer protocolo de acuerdo entre el Estado marroquí y Safran oficializa los compromisos relativos a la instalación de la fábrica de ensamblaje y prueba. Un memorándum de entendimiento sobre el suministro de energías renovables a los sitios de Safran, confirmando el compromiso del grupo de recurrir a un 100% de electricidad descarbonizada para 2026. Por último, un tercer acuerdo sella la implantación del complejo en el seno de Midparc, implicando a la Caja de Depósitos y Gestión (CDG), MEDZ, Midparc y Safran Aircraft Engines.

Una asociación histórica renovada

Presente desde hace 25 años en Marruecos, Safran reafirma así su confianza en el Reino. El presidente del consejo de administración del grupo, Ross McInnes, ensalzó la presencia del Soberano, vislumbrando en ella «el signo de Su compromiso constante a favor del desarrollo industrial y de la excelencia del entorno de inversión». Declaró, en particular: «Safran no produce en Marruecos, sino con Marruecos», subrayando la dimensión asociativa e integrada de esta cooperación.

Por su parte, el director general Olivier Andriès justificó la elección de Marruecos por «la calidad de los talentos, la modernidad de las infraestructuras y la estabilidad macroeconómica». Anunció asimismo que las inversiones totales de Safran en Marruecos – incluyendo extensiones en otros tres sitios – superan los 350 millones de euros y generarán «miles de empleos para el ecosistema aeronáutico marroquí».

Un escaparate tecnológico y humano

Punto culminante de la ceremonia, el develado del motor LEAP-1A – buque insignia tecnológico de Safran – ilustró la transición de Marruecos hacia la producción de alta tecnología.

En un gesto de gran simbolismo, el Soberano posó posteriormente junto a jóvenes becarios del Instituto de Oficios de la Aeronáutica (IMA) de Nouaceur, futuros técnicos de la fábrica, encarnando así la prioridad otorgada a la formación y a la empleabilidad de la juventud.

Con este complejo, Marruecos confirma su lugar en el círculo muy restringido de naciones capaces de producir y mantener motores de aviación comercial, junto a Estados Unidos, Francia, Alemania o China. Más que un proyecto industrial, se trata de un hito estratégico en la visión real que aspira a elevar el Reino al rango de potencia aeronáutica mundial, aunando soberanía tecnológica, sostenibilidad y valorización del capital humano.

 

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